MARIA EUGENIA SANCHEZ VALDAYO
PRESIDENTA DE ASOCIACION ANDALUZA MUJER Y TRABAJO
El Perfil del emprendedor en estos momentos pasa por personas en situación de desempleo, que no tienen otra alternativa al trabajo que hacerlo como autónomo o por cuenta propia.
Cuando hablamos de que la tasa de paro supera el 20 por ciento de la población, quizás sea el momento de plantearnos alternativas, soluciones, por muy lejanas que en principio nos parezcan, pero que encauzándolas bien, son algo más alcanzable que la propia Luna.
La palabra emprender, según acepciones de la RAE, ya lleva el plus de dificultad o incluso peligro, “comenzar algo…, especialmente lo que entraña alguna dificultad o peligro”.
Dicho esto, cualquiera que lo desee, es decir que quiera emprender, tendrá que cargarse de valor, ingenio, eficacia, trabajo, esfuerzo, constancia… y casi nos quedamos sin espacio antes de ponernos manos a la obra.
Pero a pesar de estas situaciones complejas y adversas aparentemente, el ingenio, la creatividad, la capacidad de desarrollar talentos a veces ocultos por la rutina del día a día, están obligados a salir a la palestra en los tiempos que corren, renovarse o morir, camarón que se duerme se lo lleva la corriente… Y así, podríamos seguir enumerando razones, no de la razón, pero sí de la sabiduría popular, que al menos nos hacen intentar eso que se llama emprender.
El emprendedor no tiene que ser una figura de la economía, ni de las tecnologías, ni tiene que tener una dotación especial de inteligencia; sí tiene que tener muy claro a dónde quiere llegar, qué objetivos quiere conseguir, cuál es el área en la que quiere aportar, cuáles son las bazas con las que cuenta, económicas, humanas, técnicas, y a partir de ahí empezar a trabajar cada día con más ganas que el anterior, sin mirar atrás, sin desesperarse por lo no alcanzado, sino construyendo ladrillo a ladrillo algo cada vez más sólido donde pisar.
Si, con la situación que tenemos, aún tenemos emprendedores en nuestro país, es que merece la pena serlo. En los últimos años ha habido un descenso, pero en los últimos meses está volviendo a remontar.
El perfil del emprendedor en estos momentos pasa por personas en situación de desempleo, que no tienen otra alternativa al trabajo que hacerlo como autónomo o por cuenta propia, si bien cada vez son más los que se lanzan a incorporarse como socio trabajador estable de una cooperativa o sociedad laboral de nueva creación.
Y si, con la que está cayendo, el paraguas lo abrimos para arriba en vez de para abajo, será más probable que algunos hechos acontecidos últimamente nos siembren la cabeza y el corazón de ganas, ilusión, ideas innovadoras que sepamos tamizar entre lo bueno y lo malo, y que miremos al futuro con ilusión y perspectiva.
Esto principalmente va para los jóvenes, para la fuga masiva de talentos que estamos teniendo en España. El mero hecho de un trabajador estable en otros países nos merma las oportunidades de luchar en nuestro país, región o ciudad para conseguir emprender con ganas e ilusión sobre proyectos más inalcanzables en el corto plazo, pero mucho más fructíferos en el largo plazo.
Si con medidas de ayuda al emprendedor, a la familia, a los jóvenes, a las mujeres en edad fértil que desarrollan una labor profesional y a la conciliación de la vida familiar y laboral no nos basta, tendremos que seguir peleando para que estos baremos cambien, cada cual donde le concierne, y no dejarnos llevar por los hechos, sino emprender, luchar, cambiar, innovar, conquistar, crear, liderar…